sábado, 20 de septiembre de 2014

Viento

No puedo dejar de sonreir cuando aparece el viento fuerte
Me fascina luchar contra el aire cuando  intenta arrebatarme el pañuelo del cuello
Me encanta  la sensación de volar,  de estar planeando sobre el suelo.

Cuando el viento me sube,  los problemas, esos tan pesados, se quedan aplastados en tierra viendo como me alejo de ellos.
Doble alegría en un momento.


Hay dos formas de elevar el vuelo:

1) Mirarme y quitarme peso Restarme importancia y así alzarme un poquito sobre el suelo

2) Poner los ojos en el Señor, engancharme en su mirada, y salir volando a millones de metros.


 
   
                                      

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