martes, 12 de agosto de 2014

Soluciones (farolillo de verano)í

Nat tiene dos años y cuatro meses, y está aprendiendo a vivir sin pañales. Ayer noche salimos él, sus hermanos y yo, a la calle para contemplar la luna. Era como jugar al escondite; buscamos por un lado, miramos por el otro, hasta que localizamos un resplandor blanco detrás del techo de la casa vecina. Una vez que ya teníamos la pista, nos movimos hasta encontrar el sitio estratégico que nos permitía ver la luna, sin techos, ni farolas, ni árboles detrás de los que pudiera esconderse.
La habíamos pillado¡
Mientras los otros jugaban a observarla con su pequeño telescopio, yo le preguntaba al pequeño si sabia como se apagaba la luna. Le comentaba mi preocupación sobre como lo haríamos para dormir esa noche, si la luna nos iluminaba tanto y no había forma de apagarla. Nat se agacho y me miró sonriendo. Volvió a levantarse. Se agacha otra vez... Siempre con una sonrisa de satisfacción, como si hubiera encontrado la solución. Entonces entendí; al agacharse, la luna quedaba tapada por el techo, y él dejaba de verla;  a efectos prácticos, ya estaba apagada. Al levantarse volvía a aparecer
Ciertamente, con sus flexiones, para sus ojos, encendía y apagaba la luna, según su voluntad.

Soluciones de niño, distintas, que aparecen por caminos insospechados, y nos animan a seguir buscando como resolver problemas que parecen bloquearnos.


1 comentario:

  1. Casi como cortar una manzana horizontalmente, por el lado "equivocado"... encuentras una estrella.

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