viernes, 22 de abril de 2011

Si le cuento al sol lo que esta noche he visto, no me creerá.

He visto al Señor sufrir una agonía en el alma.
Abandonado y en soledad, padecer la aterradora perversión del pecado.
Y aún así, decir "Así Sea"
He visto al mismo Dios Omnipotente maltratado, atado, llevado de un lado a otro, escupido y apaleado. 
Su carne desgarrada, su cara inflamada, su cabeza coronada de sangre.
Extenuado, sin dormir
Molido, destrozado.
Solo.


He visto como golpeaban a la Verdad con mentiras, a la Palabra con insultos y blasfemias.
Por todos lados se alzaban palabras que le acusaban.
Le calumnian, se burlan, reniegan, inventan.
Voces que humillan. Palabras asesinas que buscaban desgarrar a la misma Vida.
Traicionado por  los enemigos y por los amigos
Solo

He visto como tanto sufrimiento, tanta injusticia, no conseguía  romper su determinación de llegar al final y vencer.
Nada  conseguía ahogar su mirada de Amor, a pesar de los ojos totalmente hinchados y morados.

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