miércoles, 15 de septiembre de 2010

Retomar el deseo de acompañarla en las lágrimas

A la Virgen de la Soledad de José María Pemán


Virgen de la Soledad:
rendido de gozos vanos,
en las rosas de tus manos
se ha muerto mi voluntad.

Cruzadas con humildad
en tu pecho sin aliento,
la mañana del portento,
tus manos fueron, Señora,
la primer cruz redentora:
la cruz del sometimiento.

Como tú te sometiste,
someterme yo quería:
para ir haciendo la vía
con sol claro o noche triste.

Ejemplo santo nos diste
cuando, en la tarde deicida,
la soledad dolorida
por los senderos mostrabas:
tocas de luto llevabas,
ojos de paloma herida.

La fruta de nuestro Bien
fue de tu llanto regada:
refugio fueron y almohada
tus rodillas, de su sien.

Otra vez, como en Belén,
tu falda cuna le hacía,
y sobre Él tu amor volvía
a las angustias primeras...
Señora: si tú quisieras
contigo le lloraría.

JOSÉ MARÍA PEMÁN

2 comentarios: