lunes, 31 de mayo de 2010

Tres para siempre II

La más cercana rostro moreno, ojos negros, brillantes y sonrisa rebosante de alegría.

Nos saluda, pregunta por las caras no conocidas Al oír el nombre de María reconoce a la persona por la que están rezando y le pregunta cómo se encuentra. La conversación es rápida y discreta, sin más preguntas que las necesarias; continuaran pidiendo por ella.

Los 50 minutos de los que disponemos vuelan hablando de excursiones, trabajo, salud, familia, amigas que no han podido venir.... Se muestran interesadas en la pintura, suerte que hay quien entiende y les da cuatro nociones básicas sobre como pintar un mural. ¡Se nos están volviendo artistas¡¡ Acabamos con canciones, cuatro o cinco de nuestro lado y una preciosa y trabalenguística de ellas

Impresionante la misión de estas valientes soldados. Saben lo que hay que hacer para vencer a la oscuridad. Conocen como hacerlo. Y lo hacen En sus ojos se distingue perfecta consciencia de la dureza de la batalla. En su sonrisa la tranquilidad de la victoria segura.

1 comentario:

  1. Hola. La dureza de la batalla, es muy cierto que con pocas personas hace falta hablar menos que con las Carmelitas y las Clarisas, a veces me basta un mirarnos y el silencio se vuelve fragancia y perfume del alma.Gracias, voy a seguir leyendo el resto de entradas, estoy fascinado.Gracias hermana

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